lunes, 30 de mayo de 2011

El poder de nombrar (parte 3 y final)

Ya no veo nada, me encuentro sumergido en el humo. El humo me ahoga, se huele la sangre humana calcinada, pero esto no es una guerra, todo es una simple consecuencia. El humo que respiro, y que aun no nos deja ver, no se siente como pólvora. La usina gigante consume todo y desecha su humo oscuro e inicuo. Mi caída términa directamente en el corazón de la máquina, ahí donde no sólo se consume el carbón, sino también las almas de los hombres.

Esta máquina consume a hombres y naturaleza por igual, pero primero los mastica con palabras, como siempre, son las palabras de nuestro tiempo, las palabras de moda. Esas creencias que nos hacen ver, que se apropian del mundo, desde una determinada visión de mundo. Nacen así de estas nuevas religiones, los sumos sacerdotes de la modernidad.

La máquina económica: Las tecnologías del cercado y las actuales palabras de moda.

Hoy por hoy todo lo que empiece con "eco" está de moda, principalmente las palabras maestras y estudiadas de  la "eco-logía" y la "eco-nomía". Hace un tiempo éstas palabras tenían tanta distancia como la astrología de la astronomía, pero hoy ya se están tomando de la mano, a través de fuertes palabras de moda. Revisemos un poco esa historia.

El antropólogo y economista Karl Polanyi, describió el proceso de industrialización como un cambio profundo que requirió muchas transformaciones en todos los planos de la sociedad, sobre todo en el de las palabras. Para que la industria progresara, según él, era necesario compensar el costo de invertir  en maquinaria haciendola producir constantemente, para ello se necesitaba materia prima y mano de obra constante. Para suplir esta necesidad, los industriales necesitaron organizar la vida social a través de una institución que hasta esa fecha no era central, pero que fue convertida en tal, el mercado. El mercado alimentaba así a las máquinas  industriales "cercando", envolviendo o empaquetando los "dones de la naturaleza" y convirtiéndolos en "materia prima". Lo mismo ocurría con las "personas" que ingresaban a "el mercado laboral" para convertirse en "mano de obra". La industria había "cercado" o renombrado la realidad para que fuese absorbida, vista y entendida por el "mercado", enajenando la realidad y monetarizandola.

El efecto "intelectual" de este cambio fue el surgimiento de la "economía política" , que no sólo explicaba los fuertes cambios de las sociedades que se industrializaban, sino que también contribuían a que estos cambios se concretaran, haciendo los cálculos necesarios para aplicar la regla del dinero a la realidad, llegando a ser la disciplina que puso de moda la frase "todo es dinero". Es que el análisis resultaba tan fructífero que no dudaron a aplicarlo a otras esferas que no tenían mucho que ver con el campo de la economía. Así, los economistas (clásicos o marxistas), no dudaron en extender el análisis del "mercado autoregulado" y "la regla del dinero" a toda la historia humana y ahora último también a todas las dimensiones humanas.

Desde el Chile de los años '90 en adelante, según el sociólogo Jorge Larraín, se ha estado experimentado los efectos este peculiar análisis, sobre todo a través de la institución que más ha marcado ésta época industrial: La empresa. La empresa reemplazó no sólo a la idea de fábrica, como símbolo de la industrialización, sino que también quiere reemplazar a otras instituciones como la familia, la iglesia, el arte. No hace mucho las empresas se imaginaba a sí mismas como una gran familia, la "empresa familiar". Hoy, no son pocos los que piensan a su familia como una empresa. Así, en Chile, todo se mide con el parámetro de la empresa. El empresario es el héroe nacional, todos son empresarios (si tienes un quiosco eres micro-empresario, si vendes tu trabajo eres empresario) y el "emprendimiento" es una de las palabras de moda que describen el mejor valor humano. La descripciones del emprendedor como "arriesgado", "valiente", "pujante", "líder", son acompañadas además por "innovador". "Emprendimiento", "innovación", "liderazgo", palabras de moda que impregnan nuestra realidad.

El crecimiento económico: la fe de la economía.

¿Por qué estas palabras de moda, sobre todo "innovación", son tan importantes dentro del esquema económico?

Un punto de gran debate que suele esconderse bastante, pues se piensa superado, es el del crecimiento económico. En general no existe un consenso o una explicación satisfactoria sobre qué es, por qué se produce o si realmente existe.

Tradicionalmente el crecimiento económico se intenta medir a través de las expansiones o contracciones del Producto Interno Bruto(PIB), una forma de contabilidad anual, que compara año a año y entrega el porcentaje de crecimiento según esta diferencia. Un aspecto importante sobre el PIB es que no existe un indicador que mida con precisión al largo plazo los efectos de la inflación (como aumenta el precio de los productos) en el PIB (lo que lo aumenta artificialmente), por otra parte se contabilizan los aspectos positivos (como la construcción) y los negativos (como la demolición) como productivos. Asimismo sólo mide producción, lo que implica que lo que se desgasta y acumula (como basura) no se considera perdida, o sea no considera la durabilidad ni calidad del trabajo realizado. Finalmente hay que considerar que para que el crecimiento económico tenga causas exclusivamente productivas, el crecimiento debe superar al crecimiento de la población. Sumando y restando, las cifras del PIB no son las más eficaces para demostrar el crecimiento o medirlo. Sin embargo se entiende que este de verdad sucede y es experimentado en algunas sociedades, lo que lleva a pensar a alguna gente que si hay más ricos acá es porque hay más pobres allá. Una idea muy basada en los principios del "equilibrio", que muchas veces son un deseo más que un efecto posible.

Sin embargo, y pese a lo dificultoso que resulta medir precisamente el crecimiento económico, se pueden visualizar notables avances de las economías (al menos del punto de vista en que el crecimiento es igual a aumento de la productividad), aunque sí hay un punto en que el principio del equilibrio importa, ya que como reza la primera ley de la termodinámica "nada se crea(o pierde), todo se transforma", existe un limite al crecimiento. Estos limites están dados por la cantidad de naturaleza que puede transformarse a "materia prima" y asimismo por la energía, trabajo disponible o mano de obra. Es acá donde ecología y economía se conocieron por primera vez.

Desde el comienzo de la ciencia económica, se pensaba que era el trabajo la principal fuente de la riqueza (para Smith y Marx), pero con el tiempo también se agregaron otras causas, como aumento del capital, aumento de la tecnología o aumento del conocimiento. Sin embargo todas estas causas tienen un factor en común, contribuyen a transformar la realidad en productos medibles por la regla del dinero, lo que evidentemente suma a la contabilidad del PIB. El trabajo transforma la naturaleza en productos con precio, el capital organiza la fuerza productiva, la tecnología permite que lo que antes no era transformable hoy lo sea, además aumenta la productividad per capita.

Así, la "innovación" contribuye a la contabilidad del PIB, en la medida que no crea, sino que pone precio a lo que antes no tenía. Eso es contribuir al "cercado" de la realidad. Un ejemplo de innovación es la tecnología de las categorías jurídicas sobre la "propiedad intelectual", un concepto bastante abstracto, pero que permite monetarizar las ideas, lo que antes parecía gratis. Recientemente, se ha introducido en Chile una nueva "innovación", que consiste en registrar los códigos genéticos como propiedad intelectual, cercando la naturaleza viva como nunca antes. Otra innovación interesante es lo que ocurre con los bosques de la región del Bio-bío y la Araucanía en Chile, con la industria forestal, que transformó bosques "improductivos" o "poco productivos", en plantaciones eficientes y medibles para el PIB, pero que descontó todas las calorías que obtenían las poblaciones cercanas en productos que recolectaban gratuitamente de allí, como frutos silvestres o madera de alta calidad de especies nativas.

Es también cierto que existen otras innovaciones que parecen no hacer daño, sino simplemente cobran por un servicio que antes no existía. Suele decirse eso de las autopistas concesionadas que ofrecen un servicio de vía rápida a los automovilistas, sin embargo la opción que dejan a los que prefieren el servicio antiguo (por el que también pagan a través del "permiso de circulación") . Es inferior a lo que había, es mucho más complejo que lo original, o simplemente no existe (como es el caso de los viajeros que sólo cruzan por Santiago y deben pagar casi obligatoriamente por pasar las autopistas).

En estos términos, hay que recordar que el crecimiento económico tiene un impacto sobre la realidad, el ejercicio de poner un nombre o renombrar para que calce con la regla del dinero genera una "perdida", un "gasto" o un desecho. Curiosamente hoy, se despierta una conciencia distorsionada de estos impactos del crecimiento y se ha instalado a través de la amenaza casi terrorista del "calentamiento global", una palabra de moda que intenta operar basado en el "medio ambiente" y que en su integración con la economía ha generado una nueva regla para medir, ésta vez la de la "huella de carbono".

Finalmente, hoy, ecología y economía se dan la mano, pero sigue siendo la economía que imponga sus reglas. quizás lo único que verdaderamente tiene en común, son la fuerza para imponer palabras de moda y su interés por lo "verde".

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