martes, 17 de mayo de 2011

El poder de nombrar (parte 1)

Caigo de nuevo duros metros, el viento esta frío y desgarra la piel de mi rostro, seca mi nariz y mis labios, anula mi sentir. Cierro los ojos, me ensimismo. ¡Me detengo en seco!. El frío se detiene también, la vista se fija en un punto clave, un trozo de hielo que me acuchilla las pupilas. Sólo el calor de mi mirada derrite el dolor, entonces observo.

Ya noté que ver y creer son la misma cosa y que observar es mi remedio para ver más. Supuse que tal remedio servía para todos los sentidos y me recordé de uno más al que curiosamente llaman "tacto", yo le dije sentido social, simbólico. Sobre eso me detengo, examino con cuidado las vivencias que son mi vida. Mi vida es y será la referencia, mi experiencia da forma a mis reflexiones.

Las palabras de moda: cómo nombramos nuestro mundo

El sentido simbólico toma fuerza y cuerpo en el idioma. Cuando hablamos lo hacemos con palabras, nunca inocentes. Los lingüistas se desgastan en estudiar las lenguas, pero de repente se ignoran del análisis a las palabras, solitarias palabras. Siempre me ha causado curiosidad las palabras de moda. Podríamos decir que son palabras o frases hechas que salen en boca de muchos y que en el futuro, ya nadie recordará como era la forma en que decíamos. Hay muchas palabras de moda que contribuyen y manifiestan nuestras creencias, y como dijimos alguna vez, también lo que vemos.

He visto como en Chile era fácil saber que pensaba una persona por las palabras que usaba. Si las palabras de moda eran "momio", "facho", "compañero", "trabajadores", "igualdad", "lucha", "clases", otras personas ponían de moda "resentidos", "comunistas", "colega", "libertad", "capital". Luego se agregaron palabras como "golpe militar", mientras que otros sumaban "pronunciamiento". Mientras otros gritaban "dictadura", otros decian "democracia protegida".

No sólo de esa política se podía saber con las palabras, la otra política también se sabe. Cuando la gente organizaba un "cahuín" (fiesta en mapudungün) era divertido, bien distinto que los más agresivos "malones" (invasiones mapuches o fiestas de los 60), pero mejores que las "fiestas", aunque me quedo con los "carretes"(fiestas o salidas nocturnas actualmente), que espero no lleguen a ser "party", aunque sean sólo de pijamas. En esta otra política puedes saber de donde vienes, si dices "pe", "po" o "pues", "sos" "sois" o "soi". Suficientemente claro para definir estrato social a través del tiempo: "roto", "kuma" o "flaite", si se te discrimina por "pobreza"; o "pelusa", "cuico" o "pelolais", si la discriminación es por "riqueza".

El dr. Maturana dijo, de la manera más compleja que pudo, que los seres humanos nos movemos entre redes de conversaciones, muy probablemente entre palabras de moda. Él pensó que ésta realidad abarca incluso a las profesiones, diciendo que un oficio o profesión no es otra cosa que hablar sobre ciertos temas con ciertas palabras.

Cada profesión o disciplina se constituye a sí misma como un "sistema de creencias", esto es igualmente valido tanto para oficios religiosos, como para los científicos. Los matemáticos llaman a estas creencias, axiomas. Gödel demostró que todo planteamiento matemático es un multiplicador de los axiomas originales, es decir, la última explicación matemática de todo cálculo será siempre el axioma original. Por tanto no se puede explicar nunca el axioma original. Esto es lo que pasa efectivamente con cada profesión, ciencia, filosofía o religión. Los postulados básicos sobre los que se construyen los conocimientos son creencias difícilmente demostrasbles. Por ejemplo, el cristianismo se convirtió en una filosofía muy lógica gracias a la teología, sin embargo era requisito primero creer en axiomas como "Obra de Dios" "Espíritu Santo" o "milagro", cosas que nadie puede ver o comprobar. La física cree a su vez en propiedades como "gravedad", "carga electromagnética", " carga sabor" o "carga color"  (Sólo existe una descripción de estas propiedades, no una explicación), la diferencia quizás radica en que se basan en la experimentación.

Esto no hace que un sistema de creencias sea más o menos cierto que otro, simplemente sus axiomas describen cosas diferentes. Son conversaciones diferentes, con palabras diferentes (y probablemente también "consensos" sobre esas palabras diferentes).

Sin embargo estas redes de conversaciones, estas palabras de moda,  suelen tener problemas entre ellas, así como las palabras políticas de moda, también se enfrentan en algunos conflictos, probablemente para convertirse en el "consenso"...

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